El procedimiento de concesión garantiza la publicidad y transparencia
El agua es el servicio público sometido a la mayor supervisión. Las administraciones someten a los operadores a controles en aspectos sanitarios, técnicos, financieros, tarifarios, etc.
Gestión orientada al ciudadano, comunicación constante y personalizada
La transparencia resulta imprescindible en cualquier servicio público, independientemente del tipo de empresa que lo preste. En el caso del agua, la gestión está regulada, y se ejerce bajo la supervisión de diferentes administraciones públicas en varios niveles (estatal, autonómico y municipal).
Las administraciones públicas, desde los ayuntamientos hasta el gobierno central, e independientemente del modelo de gestión, controlan la actividad en todos los aspectos, lo que garantiza la transparencia de sus actuaciones:
La transparencia se materializa, además, en una actividad informativa diaria que comprende todos los ámbitos. Así, las principales empresas gestoras emiten cientos de notas de prensa al año sobre todos los aspectos del servicio.
Otras herramientas utilizadas para informar al ciudadano son:
Algunas empresas del sector han evolucionado de ser meras concesionarias a empresas de servicios, dentro del marco de las utilities modernas. Han dado un paso más en su comunicación con el ciudadano: facilitando el acceso a la información y la interacción entre consumidor y la empresa, gracias a las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías a través de muy diversos canales hasta alcanzar el concepto de omnicalidad.
Gestión orientada al ciudadano: onmicanal, personalizada, a tiempo real.
El control continuo que reciben las operadoras por parte de las autoridades sanitarias y de las autoridades municipales sobre su gestión garantiza la transparencia de la actividad. Además, el contrato de concesión fija las condiciones, límites y objeto del servicio, contrato que es de público conocimiento y que es aprobado por la autoridad local competente, titular del servicio y responsable de realizar el control.
Adicionalmente, las operadoras ejercen un autocontrol sobre sí mismas para aumentar su competitividad y ofrecer el mejor el servicio al ciudadano. Están sujetas a constantes auditorías para validar el cumplimiento de su actividad con normas internacionales de calidad y protección del medioambiente. Se obligan a presentar informes de actividad y memorias de RSC en las que se hacen públicos sus cifras de negocio y resultados, bajo la verificación de entidades externas independientes.
Fuentes:
(*) Elaboración propia